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Los mejores miradores de Benidorm

Glosario

Benidorm tiene algo que engancha: su mezcla de mar, ciudad y montaña. Y si hay una forma de disfrutarlo todo a la vez, es desde las alturas. Aquí no venimos a hablar de playas, sino de rincones que te regalan vistas panorámicas, aire puro y un respiro visual entre tanto movimiento. Porque a veces lo mejor del viaje no está a pie de calle, sino unos metros más arriba.

Miradores con vistas al mar

Cuando la costa se abre frente a ti y el Mediterráneo parece no tener fin, sabes que estás en uno de esos lugares que se quedan grabados. Los miradores con vistas al mar en Benidorm son perfectos para desconectar, hacer fotos o simplemente quedarte un rato sin decir nada. Aquí van tres que no fallan.

Mirador de la Cruz

Este es uno de los clásicos, y con razón. Desde lo alto de una colina al este de la ciudad, el Mirador de la Cruz ofrece una panorámica total de Benidorm: la línea de rascacielos, las playas, la isla y más allá. El camino hasta arriba es un paseo que exige un poco de esfuerzo si vas a pie, pero compensa de sobra.

La sensación de llegar y ver cómo se extiende la ciudad bajo tus pies tiene algo especial. Al amanecer es tranquilo y con suerte tendrás el lugar para ti solo. Al atardecer, el cielo se tiñe de colores y el ambiente se vuelve casi mágico. Ideal para quienes buscan una experiencia más contemplativa, lejos del ruido y cerca del mar.

Balcón del Mediterráneo

Este mirador está justo en el centro histórico, donde se encuentran las dos playas principales. Se nota que es el más conocido: su diseño con barandillas blancas y su ubicación en un saliente sobre el agua lo convierten en uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.

Desde aquí, la vista del mar es abierta y limpia, y si miras hacia los lados, ves cómo se abrazan la playa de Levante y la de Poniente. Es fácil llegar, no requiere ninguna caminata, y siempre hay algo de ambiente, ya sea gente paseando o artistas callejeros tocando algo suave. Un sitio perfecto para parar y dejarte llevar por el vaivén de las olas.

Mirador del Tossal de la Cala

Este mirador es menos popular que los anteriores, pero eso juega a su favor. Está al final de la playa de Poniente, en una zona más tranquila. Desde lo alto del cerro donde se encuentra, puedes ver toda la bahía y disfrutar de una vista mucho más amplia de la costa sur.

El acceso es un poco más empinado, pero no complicado. Lo interesante aquí es que el entorno es más natural y menos turístico, lo que lo convierte en una opción ideal si prefieres un momento más calmado. Desde arriba, Benidorm se ve más suave, más relajado. Es ese tipo de sitio donde el silencio y el mar se entienden bien.

Miradores urbanos y con fácil acceso

No hace falta alejarse mucho del centro para encontrar buenas vistas en Benidorm. Algunos de los miradores más interesantes están integrados en la ciudad, a pocos pasos de las zonas más transitadas, con acceso sencillo y sin necesidad de calzado de montaña. Estos puntos elevan el paisaje urbano y te recuerdan que, incluso en medio del bullicio, siempre hay espacio para parar y mirar con calma.

Mirador del Castillo

Ubicado donde antes se alzaba una fortaleza defensiva, este mirador combina historia y panorámica. Está justo entre las dos playas principales, sobre un saliente de roca que separa el Levante del Poniente, y ofrece una de las vistas más reconocibles de Benidorm. Su acceso es fácil: basta con subir unas pocas escaleras desde el casco antiguo.

El ambiente suele ser animado, con músicos, paseantes y algún que otro turista haciendo fotos. Pero eso no le quita encanto. Todo lo contrario: es uno de esos lugares donde se mezclan el ritmo de la ciudad y la calma del horizonte marino. Desde aquí puedes observar cómo cambian los colores del agua según la hora, y cómo la ciudad cobra vida desde otra perspectiva.

Mirador del Hotel Bali

Situado en uno de los hoteles más altos de Europa, este mirador es una joya vertical. El edificio destaca por su altura y su silueta moderna, visible desde muchos puntos de la ciudad. Y lo mejor es que desde arriba puedes ver no solo la costa, sino también el interior montañoso de la provincia.

El acceso, aunque dentro del hotel, está pensado también para quienes no están alojados. Desde el ascensor panorámico ya se empieza a disfrutar del espectáculo. Una vez arriba, el contraste entre el mar y el urbanismo de Benidorm es impactante. Es ideal para quienes buscan una vista completa de la ciudad sin tener que caminar en exceso.

Terraza del Gran Hotel Bali

Justo al lado del mirador anterior, la terraza del Gran Hotel Bali es otro punto clave para ver Benidorm desde lo alto. A diferencia del mirador principal, esta terraza tiene un enfoque más tranquilo, perfecto para tomarse un respiro con buenas vistas sin el ajetreo típico de otras zonas turísticas.

El ambiente es más relajado, especialmente al atardecer. Desde esta altura, el Mediterráneo parece más amplio y sereno, y la ciudad queda como un tablero de luces al caer la noche. Es uno de esos lugares en los que puedes quedarte un rato, sin prisa, simplemente mirando.

Miradores naturales y rutas

Benidorm no es solo rascacielos, arena y chiringuitos. A pocos minutos del centro hay caminos, acantilados y senderos que te llevan a ver el mar desde otra perspectiva. Aquí no hay barandillas ni adoquines: solo tierra, roca, y Mediterráneo a lo lejos. Estos miradores son para quienes buscan un poco más de calma, aire puro y conexión con el paisaje.

Parque Natural de Serra Gelada

Este parque natural es uno de los grandes tesoros de la zona. Ofrece una ruta de senderismo que no tiene pérdida: parte desde el Rincón de Loix y serpentea por lo alto de los acantilados, regalando vistas brutales del mar y del skyline de Benidorm. No es una caminata difícil, pero sí conviene llevar calzado cómodo y algo de agua, sobre todo si hace calor.

En el camino encontrarás varios puntos que merecen parada: pequeñas plataformas de roca desde donde verás cómo rompen las olas allá abajo o cómo las gaviotas planean a ras del acantilado. Aquí el sonido del viento y el mar lo ocupan todo, y no hay mucho más que hacer que mirar. Y eso, en días de ruido, ya es bastante.

Punta del Cavall

Este saliente rocoso es menos conocido que otros miradores, pero tiene una energía especial. Se llega por un sendero que arranca al final de la Playa de Levante, y aunque no está tan alto como otros puntos de Serra Gelada, ofrece una vista privilegiada del mar y de la bahía. Es uno de esos sitios que invitan a sentarse un rato y quedarse callado.

Desde aquí se puede ver el islote de Benidorm flotando en medio del agua, casi como un dibujo. En días despejados, el azul del cielo y el mar se funden en una sola línea. Si buscas un rincón tranquilo para desconectar sin irte muy lejos, este es un buen candidato.

Rincón de Loix

Aunque es una zona conocida por su ambiente animado y su cercanía a la Playa de Levante, el Rincón de Loix también es el punto de partida para muchas rutas naturales. Desde aquí puedes conectar con caminos que suben hacia la Serra Gelada o bordear la costa por senderos más suaves. Es el equilibrio justo entre ciudad y naturaleza.

No hay un solo mirador aquí, sino varios puntos elevados que vas descubriendo conforme avanzas. La ventaja es que puedes adaptar la ruta a tu ritmo: un paseo rápido al atardecer o una caminata más larga para llegar hasta el faro o los acantilados. En cualquier caso, las vistas te acompañan todo el camino.

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