SMOKING SHOP
Nuestra tienda online ha llegado
DESCUBRE NUESTRAS SUDADERAS, CAMISETAS CON DISEÑOS EXCLUSIVOS Y MUCHO MÁS.
Encontrar el trabajo ideal no es cosa de magia ni de tener una revelación en mitad de la ducha (aunque oye, si te pasa, aprovecha). Es más bien un proceso de conocerse, observar señales y hacerte las preguntas correctas. No se trata solo de lo que se te da bien, sino de lo que te motiva levantarte cada mañana sin odiar el despertador.
Aquí van algunas claves para empezar a despejar el camino.
Contents
A veces no hace falta que alguien te diga que no estás en el lugar adecuado. Lo notas. Pero como no siempre es fácil ponerle nombre al malestar, aquí van algunas señales de alerta.
Si te pasas el domingo con angustia solo de pensar en el lunes, mala señal. Si sientes que tu trabajo te drena más de lo que te aporta, que vas en piloto automático o que cualquier mínima tarea se te hace cuesta arriba… eso también dice mucho. Y ojo con esa vocecilla interna que se pregunta constantemente “¿qué hago yo aquí?”: no está ahí para fastidiarte, está pidiendo cambios.
Además, si no hay crecimiento (ni personal ni profesional), ni te ves ahí a medio plazo sin sentir que se te apaga la chispa, es buen momento para empezar a mirar hacia otros horizontes.
No hace falta que seas “el mejor del mundo mundial” en algo para que eso encaje contigo. A veces se trata más de lo que disfrutas que de lo que dominas al 100%.
Un buen ejercicio: piensa en actividades que te hacen perder la noción del tiempo. Esas cosas que haces con gusto incluso si no te pagan (aún) por ellas. También fíjate en lo que otros suelen destacar de ti: ¿organizas bien? ¿eres creativo? ¿sabes escuchar? Las pistas están ahí, pero a veces toca dejar de ir con prisa para verlas.
Y no subestimes tus hobbies o lo que te mueve por dentro. A menudo, lo que haces “por gusto” tiene mucho que ver con lo que podrías hacer “por trabajo”.
No necesitas una bola de cristal para saber qué te motiva. A veces, solo hace falta hacerte las preguntas adecuadas (y responderte sin filtros). Aquí van algunas que pueden ayudarte a enfocar mejor el camino:
Responderlas con honestidad no te va a dar una profesión concreta, pero sí te va a mostrar patrones. Y ahí está la clave: ver qué se repite, qué te mueve y qué encaja contigo de verdad.
Si te sientes más perdido que GPS sin señal, hay recursos que pueden darte un empujón. No van a decidir por ti, pero sí pueden ayudarte a conocerte mejor y enfocar la búsqueda.
Existen test de orientación vocacional como el MBTI, el de Holland (RIASEC), o incluso algunos gratuitos en plataformas como 16personalities o el del SEPE. No son infalibles ni mágicos, pero suelen darte una idea general de tus preferencias, tu estilo de trabajo y sectores donde podrías encajar.
También puedes tirar de plataformas como OrientaLine, InfoJobs Orienta o incluso LinkedIn, que ya te sugiere empleos según tu perfil y experiencia. Y si prefieres algo más personalizado, una sesión con un orientador laboral o coach puede ayudarte a aclarar ideas más rápido que dando vueltas tú solo.
Vale, ya tienes claro que necesitas un cambio. ¿Y ahora qué? Dar el salto da vértigo, sí, pero también puede ser lo mejor que hagas por ti. Aquí algunos consejos para no tirarte a ciegas:
Y lo más importante: no esperes a tenerlo todo “bajo control”. A veces, la claridad viene en el camino, no antes de empezar.